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Platos lombardos de alta montaña
Descubre los platos típicos lombardos de alta montaña, da un salto a la cocina alpina tradicional y a sus sabores auténticos
Pasar unos días en los Alpes lombardos significa sumergirse en una naturaleza sin límites donde la variedad de los ingredientes ha marcado la tradición culinaria de esta región.
A medida que nos adentramos en las montañas, dejando atrás el estrés y el bullicio de la ciudad, nos encontramos ante un entramado de valles, glaciares y cumbres que parecen tocar el cielo. Estos lugares nos invitan a explorar sus maravillas y descubrir los tesoros gastronómicos que conservan.
Y por descubrir, sabemos muy bien que hay deliciosos descansos, suculentas paradas y crujientes pausas a lo largo de los caminos de las provincias alpinas de Lombardía que, con un tesoro gastronómico de cientos de especialidades reconocidas y certificadas representan un región de gran relevancia nacional e internacional para la elaboración de productos DOP e IGP.
Todo esto, para nuestras vacaciones, se traduce en una maravillosa oportunidad para saborear excelentes platos y vinos elaborados de forma tradicional, transmitidos y perfeccionados con sabiduría a lo largo de los siglos con el único fin de deleitar nuestro paladar de la forma más tentadora y suculenta posible.
Pizzoccheri: una obra maestra de la Valtellina para degustar en Teglio y en los valles de alrededor
La Valtellina es famosa por sus Pizzoccheri, un plato típico elaborado con pasta de trigo sarraceno, patatas, col, mantequilla y queso. Para saborear esta especialidad en su máxima autenticidad, recomendamos visitar Teglio, el corazón de la Valtellina. Aquí podremos degustar los Pizzoccheri elaborados según la receta tradicional, celosamente guardada en la Academia del Pizzocchero, y descubrir la historia de este plato que siempre ha formado parte de la identidad gastronómica de la región.
Durante nuestra estancia en la Valtellina, no podemos perder la oportunidad de visitar las espectaculares cascadas de la Boggia, adentrándonos en la belleza natural que rodea esta zona. También podemos visitar el Parque Nacional del Stelvio, un verdadero oasis de biodiversidad que ofrece unas vistas increíbles y una gran variedad de actividades al aire libre, como senderismo, trekking y paseos en bicicleta de montaña.
Por su parte, la Valchiavenna, situada en la parte septentrional de la Lombardía alpina, es conocida por sus Pizzoccheri «blancos», una variante del plato tradicional preparado con harina blanca y miga de pan duro. Esta deliciosa variante se debe al antiguo tránsito comercial que caracterizó a la zona.
Durante la visita, podemos degustar los Pizzoccheri «blancos» y disfrutar de la belleza del paisaje alpino. También podemos recorrer la orilla del maravilloso lago de Como, visitar preciosas ciudades como Chiavenna, con su fascinante castillo, y descubrir la riqueza cultural y natural que caracteriza a esta región.
Manfrigole: deliciosa experiencia en el camino de Sondrio a Bormio
Mientras nos dirigimos hacia Bormio, por la carretera de Sondrio, podemos hacer una deliciosa parada para degustar las Manfrigole, pequeños cilindros de pasta rellenos de queso fundido y gratinados al horno con bechamel y queso parmesano. Esta delicia típica de la Valtellina es un auténtico placer para el paladar y les encanta a los niños por su aspecto divertido y sugerente.
A lo largo de esta carretera con vistas panorámicas, podemos adentrarnos en el puerto del Stelvio, uno de los puertos alpinos más famosos y espectaculares, y admirar sus sinuosas carreteras y la refrescante brisa que hará que nos olvidemos del calor del verano. También podemos relajarnos en el prestigioso balneario de Bormio, reconocido por sus propiedades beneficiosas y tonificantes y envuelto en una atmósfera relajante.
Los Sciatt, los grabados rupestres del valle Camonica y el lago Iseo
En nuestra visita al valle Camonica, podemos degustar los sciatt, tortitas crujientes rellenas de queso fundido. Ningún gourmet que se precie puede pasar por alto esta exquisitez. Durante nuestra visita a esta zona, no podemos dejar pasar la oportunidad de admirar los famosos grabados rupestres del Valle Camonica, patrimonio mundial de la UNESCO y testimonio de la presencia humana en estas tierras desde la época prehistórica.
Desde aquí se puede visitar cómodamente el espectacular lago Iseo, una joya rodeada de suaves colinas y pueblos pintorescos, y disfrutar de un paseo por sus orillas o de una excursión en barca para conocer la isla de Monte Isola, la isla lacustre más grande de Europa.
Chisciöi: una deliciosa focaccina para degustar en la comarca de Tirano
En la comarca de Tirano y en los pueblos situados muy cerca de la frontera suiza, podemos descubrir los Chisciöi, pequeñas focaccias rellenas de queso. Este plato se prepara siguiendo una rigurosa receta, cocinándolas en sartenes de hierro y añadiendo manteca de cerdo para seguir la auténtica receta tradicional de los Alpes.
Durante nuestra visita a esta zona, también podemos visitar los alrededores y descubrir lugares fascinantes como el puerto del Stelvio o el balneario de Bormio, donde podremos relajarnos y recuperar las fuerzas rodeados de un paisaje virgen.
Los Casoncelli, el centro histórico de Bérgamo y Brescia y los Prealpes Bergamascos
Las provincias de Bérgamo y Brescia son famosas por sus Casoncelli, raviolis rellenos con un sabor único. Podemos degustar los Casoncelli «alla bergamasca», preparados con mantequilla, panceta de cerdo y salvia, o «alla bresciana», con una pasta fina y un delicado relleno a base de pan, mantequilla y queso.
Durante nuestra visita a estas provincias, no podemos perder la oportunidad de admirar los fascinantes centros históricos de Bérgamo y Brescia. En Bérgamo, podemos visitar la ciudad alta, con su imponente ciudadela y sus callejones medievales, mientras que en Brescia podemos visitar la majestuosa Catedral Nueva y el maravilloso castillo de Brescia. También podemos adentrarnos en los Prealpes Bergamascos, cadena montañosa que ofrece espléndidas oportunidades para practicar senderismo, escalada y caminatas en plena naturaleza.
Sopa de Mariconda: un delicioso y cálido abrazo
Entre las especialidades gastronómicas de Brescia, la sopa de Mariconda ocupa un lugar destacado. Esta sopa tradicional se elabora con un sabroso caldo de carne y pequeñas albóndigas hechas con miga de pan, mantequilla, huevos, sal y nuez moscada. La sopa de Mariconda, servida muy caliente y con una capa de parmesano rallado, es un auténtico plato reconfortante que calienta el alma.
Degustarla en uno de los restaurantes típicos de Brescia hará que te sientas parte de la historia gastronómica de esta fascinante ciudad. Durante tu estancia, visita el centro histórico de Brescia para conocer sus monumentos, como la Catedral Vieja y la Piazza della Loggia, y descubre la rica historia y cultura de esta ciudad a orillas del lago de Garda.
Tarta Donizetti: una dulce melodía en Bérgamo
En Bérgamo puedes terminar tu viaje con un trozo de Tarta Donizetti. Este dulce único, con forma de rosquilla, es un homenaje al famoso compositor Gaetano Donizetti. La tarta Donizetti, que se prepara con piña, albaricoques confitados y un toque de marrasquino, deleitará el paladar con sus deliciosos sabores después de un día recorriendo las calles de la ciudad visitando la catedral, la capilla Colleoni o la Academia Carrara.
Degustarla en una de las famosas pastelerías de la ciudad Alta de Bérgamo o de la provincia hará que te sumerjas en el dulzor de esta tradición local con notas dulces y afrutadas.
Un viaje entre la naturaleza y la tradición culinaria
Embutidos, quesos, manzanas, vinos, castañas, miel y aceites que se comercializan en todo el mundo y cuyo saber se conserva a través de innumerables Baluartes «Slow Food» repartidos por toda la región. Las bodegas, las cooperativas de agricultores, las queserías y los molinos son la parte más genuina de un entorno que siempre ha sido generoso con el ser humano.
Las diferentes regiones de la cadena de los Alpes lombardos nos cuentan a través de sus exquisiteces gastronómicas una historia forjada a golpe de trabajo, de tradiciones familiares, de paisajes hasta donde alcanza la vista y de una comunidad indisolublemente unida a su tierra, que ha sabido acogernos y transportarnos con sus sabores a un lugar muy apartado del mundo urbano al que estamos acostumbrados.
