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Teglio, la patria de los pizzoccheri
Para los gastrónomos, la pequeña localidad valtellinese de Teglio, no necesita presentación: es la patria de los pizzoccheri, sabroso plato a base de queso, verduras y pasta de harina de trigo sarraceno, a quién está dedicada una famosa academia.
A poca distancia del centro, se abren las llanuras de Prato Valentino, estación de esquí, de pequeñas dimensiones pero igualmente atractiva para quién busca la tranquilidad, la paz y la genuina atmósfera de la montaña.
Prato Valentino comprende cerca de veinte kilómetros de pistas fáciles y de media dificultad. Además cuenta con una posición soleada que lo convierten en un destino ideal para pasar unas vacaciones con toda la familia.
La zona se presta menos a la competición y a la competitividad y más al relax, al entretenimiento y al bienestar. Justo por esto es perfecta para los más pequeños que se acercan por primera vez al esquí Teglio es ideal también para sumergirse completamente en la naturaleza y hacer paseos regenerativos con las raquetas de nieve, a lo largo de recorridos muy equipados, y para divertirse patinando sobre hielo.
Teglio es para vivirla más allá de las pistas: a la entrada del pueblo se encuentra el palacio Besta, una de las más famosas viviendas renacentistas lombardas. Construido en el siglo XV, alberga un patio rectangular con doble claustro, un pozo octogonal y frescos con episodios de la Eneide. También el primer piso, está abundantemente decorado con frescos, con episodios de la Metamorfosi de Ovidio, dall'Orlando Furioso de Ludovico Ariosto y con motivos bíblicos Una perla se encuentra en la Sala de la Creación: la bóveda está decorada con una famosa representación geográfica renacentista. En el piso bajo, en el espacio de la casa de guardia se encuentra el Museo Antiquarium Tellinum con estelas prehistóricas, de las cuales una está interpretada como representación de la Diosa Madre.
Últimamente, además, se ha llevado a término el proyecto de recuperación del molino Menaglio, una bella estructura en la fracción de San Rocco que hoy dispone de espacios expositivos en dos niveles y de un pequeño edificio adyacente donde se cocinan los productos típicos valtellinenses en un contexto de gran fascinación.