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Sabores de Lombardía: 5 experiencias deliciosas
El aceite de oliva del Garda, las trufas de Mantua, el vino espumoso de Franciacorta, el Salame de Varzi y los quesos DOP. Cinco especialidades para cinco deliciosas experiencias en Lombardía.
1. Abastecerse de aceite de oliva del Garda
El turismo del aceite atrae una comunidad de gastronautas cada año más numerosa a la costa bresciana del lago de Garda. El poder del microclima: el aceite de oliva virgen extra DOP producido en el lago es muy delicado, con un sabor afrutado y el retrogusto típico de la almendra dulce. A partir de este año, en la primavera, se le dedica una jornada denominada That’s Garda, pero los molinos abiertos al público se pueden encontrar durante todo el año. Desde las colinas de Valtenesi hasta los pueblos de la Riviera, es posible participar en visitas guiadas, reservar una degustación, ver el prensado e incluso vivir el momento de la recolección, que aquí comienza a fines de octubre. Por supuesto, hay otra forma de deleitarse con el oro del Garda: sentados a una mesa frente al lago.
2. Buscar trufas (en el área de Mantua)
No solo la calabaza. El otoño en la provincia de Mantua es también temporada de trufas. El Alto Mantovano es la tierra de preciadas trufas negras, del scorzone o trufa de verano, del nero liscio y del marzuolo, es decir la trufa blanca de primavera, pero el Valle de la Trufa se extiende a lo largo del margen derecho del Po, de Quistello a Felonica. Los suelos arenosos, las precipitaciones constantes y el clima templado son el non plus ultra para los «hijos de la tierra», y de hecho aquí también crece la Trufa Blanca de Alba, Tuber Magnatum Pico, la más preciada de todas. El epicentro de este territorio es el municipio de Borgofranco sul Po, donde en octubre se celebra la Feria Nacional de la Trufa Blanca, Tuberfood. Ideal para una pausa deliciosa. Risotto, tortelli, gnocchetti, lasaña: aquí todo es a base de la aromática trufa.
3. Degustar los vinos de Franciacorta
Conducir lentamente por las colinas, perderse entre pueblos y castillos, andar a pie o en bicicleta junto a las filas de vides Pinot Nero, Pinot Bianco y Chardonnay. Y durante al menos un día, te puedes consentir no hacer nada más que elegir entre Blanco, Satèn o Rosé. El ánimo perfecto para una excursión en Franciacorta está muy cerca del Zen. Cita ineludible es el Festival In Cantina, que se celebra en septiembre, pero la tierra del vino y las burbujas está abierta los 365 días del año. Entre una degustación y otra, encuentra tiempo para visitar el monasterio de San Pietro en Lamosa y la Abadía Olivetana, ambos heredados de los monjes cluniacenses. Los frailes del Convento de la Virgen della Neve de Adro y los del Convento de la Anunciación en Rovato tienen su propia producción de Franciacorta. Comprarlo a ellos intensifica la experiencia meditativa.
4. Ir de caza de quesos dop (y otros)
Bitto y Casera en Valtelina, Silter en Val Camonica, el queso con leche de cabra cruda 100 % en la zona de Luino... Lombardía es la región que produce la mayor cantidad de quesos Dop (Denominación de Origen Protegida), un verdadero tesoro enogastronómico que las numerosas Rutas del Vino y Gastronómicas te invitan a descubrir. En total son doce. Doce itinerarios del sabor que serpentean entre los Alpes y el Po, por un total de mil quinientos kilómetros y una cantidad de productos típicos. En cuanto a los quesos, solo tienes que elegir. Quartirolo Lombardo, Taleggio, Grana Padano, Gorgonzola, Salva Cremasco, Strachitunt y los otros DOP compiten entre ellos para satisfacer el paladar con excelencias queseras, como el Bagòss di Bagolino, con sus notas especiadas de azafrán.
5. Disfrutar de un aperitivo pan y Salame en Varzi
Un viajero gourmet respetuoso no puede perderse un recorrido por la zona de Pavía y el Oltrepò. Y no puede irse a casa sin antes pasar por Varzi, la capital de los embutidos DOP. El salame de Varzi, dulce, delicado y con un retrogusto ligeramente aromatizado, se produce y cura exclusivamente en los 15 municipios indicados en la especificación, con el mejor cerdo italiano (solo cerdos criados en Piamonte, Lombardía y Emilia Romaña). El mejor momento para disfrutarlo es el aperitivo. Con una buena copa de tinto y una rebanada de Micca, el típico pan de masa dura con corteza friable.
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