El viaje entre los campos de golf de la región, ensartados como las perlas de un collar, podría empezar en los elegantes Club House de Milán, pasar por los círculos exclusivos del Lago de Como hasta llegar a los encantadores escenarios del Lago Mayor con sus campos rodeados de flores y jardines. Esta especial emigración green llega hasta las orillas del Lago de Garda, donde el microclima mediterráneo permite jugar 12 meses al año, sin interrupciones.

Un resort de excelencia como el Palazzo Arzaga en Calvagese della Riviera, el Chervò Golf San Vigilio en Pozzolengo, ambos en la zona de Brescia, o Villa d’Este en Cernobbio, en el Lago de Como, acompañan el golf con propuestas de alojamiento y comida de excelencia. No hay más que empezar. En resumidas cuentas, el juego consiste en golpear la pelota y enviarla al hoyo en el menor número de golpes posibles. Si el paisaje encanta aún es mejor.