Tras el éxito internacional de The Floating Piers, una instalación obra de arte de Christo, ahora la isla – 100% libre de coches – ha regresado a la tranquilidad.

Y en esta dimensión Monte Isola, uno de los “Pueblos más Bellos de Italia”, sabe regalar emociones inesperadas, que pueden descubrirse a pie o en bicicleta. Dibujando un semicírculo alrededor de su perímetro podéis visitar Peschiera Maraglio, donde atracan los naèt, la típica barca de pescadores del lago Iseo y desde allí seguir hacia Sensole, recorriendo el caminito de la costa donde, entre olivos, bares y restaurantes (entre sus especialidades: sardinas secas, albur, corégono blanco, perca), también hay un área picnic.

Siguiendo el recorrido encontraréis Siviano, donde admirar la Torre Martinengo del siglo XIV. Por último, pero no último por belleza, Carzano, un pueblecito de pescadores, con unas vistas magníficas de la pequeña isla de Loreto y la costa del alto Sebino. Los más emprendedores podrán llegar al Santuario de la Virgen de la Ceriola, estupendo balcón por encima del lago. Llegar a Isola es facilísimo: la isla está conectada con las orillas del lago por un eficiente servicio de barcos de línea.

Desde las orillas de Brescia, hacen falta pocos minutos de trayecto, saliendo de Sulzano o de Sale Marasino. De regreso, la Franciacorta os espera con sus tesoros: desde el monasterio de San Pedro en Lamosa a la Abadía Olivetana de San Nicolás en Rodengo Saiano. Dos de las muchas metas de una inolvidable excursión entre villas y viñedos. 

Info: navigazionelagoiseo.it