El Duomo de Cremona  fue construido al inicio del siglo XII, más concretamente a partir de 1185, tras la destrucción llevada a cabo por Barbarossa, y fue dedicado a Santa Maria Assunta.

El edificio construido tenía planta basilical y tres naves absidales, sus restos se encontraron entre
1952-59 durante la restauración de la catedral, y hoy son visibles en parte desde la cripta.
No obstante, el Duomo que contemplamos hoy tiene su aspecto después de  numerosas remodelaciones sucesivas, sobre todo después del trabajo desarrollado entre 1284 y  1341 por los  Maestri Comacini, bajo la dirección  del Maestro Giacomo de Gabbiano y  de Grazio da Prata. Durante los nuevos trabajos sobre la preexistente iglesia románica  se instala hábilmente una estructura gótica, que hace que la Catedral de Cremona sea uno de los más destacados ejemplos de arquitectura religiosa del Norte de Italia. En el interior hay también muchas obras pictóricas. La situación en la  Piazza del Comune, núcleo de la ciudad medieval,  nos muestra el profundo vínculo existente en aquel tiempo entre el poder religioso y el político: no es un incidente aislado que el Doumo se encuentre en el núcleo del gobierno de Cremona, ni que se comparta la Piazza con el edificio comunal.