La Torre del Reloj, con el cuadrante astronómico. El barrio medieval del Carmine con las droguerías hindúes  junto a las copisterías universitarias. Brescia es una ciudad polifacética.

La antigua Brixia romana también tiene una faceta contemporánea. Cuando lleva el melodrama, durante la Fiesta de la Ópera de septiembre, en los patios, en los restaurantes y en las fábricas. Cuando el tiempo transcurre feliz entre una copa de Franciacorta y un pirlo, el aperitivo más bebido, a base de vino blanco tranquilo y Campari. Elegante y sorprendente. Su joya de la corona es el Museo de Santa Giulia, el complejo monástico agregado en 2011 en el sitio de la serie de la Unesco “Los Longobardos en Italia: los Lugares del Poder”.