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Milán y Lago de Como
Milán, una ciudad de mil historias. Y una excursión al lago de Como
Desde la Catedral hasta los rascacielos modernos. Desde las orillas del lago hasta las montañas nevadas. Aquí están nuestros consejos para un fin de semana entre Milán y las orillas del lago de Como.
Descubriendo Milán
Una visita a Milán solo puede comenzar desde su monumento símbolo, el Duomo, es decir la Catedral. Desde sus terrazas, un observatorio de 8000 metros cuadrados, se puede admirar la ciudad desde arriba: de la Torre Velasca al Palazzo dell'Arengario, a la cúpula de la Galleria Vittorio Emanuele II, llegando hasta los Alpes. Cruzando desde Piazza Duomo la galería más famosa de Milán, se llega al Teatro alla Scala, que con su museo es testigo de la historia de uno de los teatros más prestigiosos del mundo. A pocos pasos, el barrio de Brera, con su encanto bohemio, alberga la Pinacoteca del mismo nombre, con obras maestras absolutas como la «Sacra conversación» de Piero della Francesca. Una joya digna de conocer, la Biblioteca Braidense. Para explorar aún más la historia de la ciudad, otra visita obligada es el Castillo de los Sforza, que ahora alberga numerosos museos y obras de arte, incluida la Piedad Rondanini de Miguel Ángel, que le robó el corazón incluso a Bob Dylan. ¿El futuro? Alza los ojos. En los últimos años, en los distritos de Porta Nuova y City Life, los nuevos rascacielos han rediseñado el horizonte de la ciudad. Entre los arquistars que dejaron su huella cabe citar Arata Isozaki y Zaha Hadid.
Como, Bellagio, Ghisallo
En pocos minutos de viaje con el funicular histórico se llega de Como a Brunate. Desde aquí la mirada abarca hasta Villa Olmo, el Templo Voltiano y el puerto, con la espectacular escultura de Daniel Libeskind. En la ciudad se puede caminar bajo las arcadas del Broletto, con una visita a la Catedral de Como (las cúpulas azules siempre se pueden ver desde arriba) y a la Basílica de San Fedele. Un punto privilegiado para descubrir el lago es Bellagio, un pueblo encantador en la intersección de los ramales de Como y Lecco. En el interior, a 800 metros sobre el nivel del mar, el Colle del Ghisallo es una etapa excepcional para los apasionados de ciclismo. Aquí, todo un museo cuenta la historia de la bicicleta, desde las Maglie Rosa, el famoso maillot del Giro de Italia, hasta documentos históricos. Mientras que en una pequeña iglesia cercana, se recogen los recuerdos de Coppi, Bartali, Moser. Todo ello rodeado de una espectacular vista de Grigne.
Risottomanía
Milán y Como son dos etapas obligatorias para todos los amantes del risotto. El gran clásico milanés, con azafrán, marida de maravillas con osobuco (o incluso solo con médula fundida). ¿El aperitivo local? Mondeghili, típicas albóndigas de carne milanesas. En el área de Como, el plato es único, con filetes de perca frita, mantequilla, queso y salvia crujiente.