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Naturaleza en Lombardía: 5 destinos para zambullirse en el paisaje
Orquídeas y plantas de latitudes distantes bien aclimatadas, entre las orillas de los lagos y las fachadas neoclásicas. Paredes de piedra arenisca de color púrpura-plateado en las que está grabada la Historia, la tierra salvaje de Stelvio. En Lombardía la naturaleza es maravillosa. ¡Elige dónde escucharla!
1. Jardín Botánico de Pavía
Su Invernadero de Orquídeas alberga, con amor, plantas de América y Asia. Hay de todas las formas y matices. Algunas también proceden del Apenino pavesano, ese Oltrepó que no solo se dedica al cultivo de viñedos. La infinidad de colores también maravillan en el Invernadero Triopical Tomaselli construido en 1974, y en los parterres de plantas autóctonas de la llanura lombarda. Pero el punto fuerte del Jardín Botánico de Pavía, creado a fines del siglo XVIII para estudio e investigación, es el gran plátano plantado en el período de la fundación, guardián de toda su historia. Imperdible.
2. Parque Nacional de Stelvio
Quien lo ha recorrido a pie o en bicicleta conoce la infinita cinta de curvas cerradas, rodeadas de bosques, de prados alpinos y rocas desnudas, que conduce, en el lado lombardo, al paso de Stelvio, el más alto de Italia (2757 m). Los senderistas y ciclistas le deben al ingeniero Carlo Donegani, encargado en los albores del siglo XIX por Francisco II de Habsburgo-Lorena, el diseño de la carretera que debía unir Bormio con Val Venosta. Con poco menos de 600 km2, el Lombardo es el más grande de los tres sectores del Parque Nacional, establecido en 1935. Para explorar con las excursiones guiadas, los laboratorios y las actividades en el Centro de Visitantes de Valfurva. En los alrededores son imperdibles la visita a la tierra fuera del tiempo del Alto Valle del Braulio y la excursión a caballo por los lagos de Cancano.
3. Jardines de Villa Melzi d’Eril
¿Conoces otros lugares que reúnan, sin ningún contraste aparente, una capilla, un santuario de estilo morisco, estatuas egipcias, un invernadero que se ha convertido en un museo de artefactos napoleónicos, una residencia del siglo XIX y un parterre de 800 metros de jardín? Prepárate para sorprenderte cuando llegues a la neoclásica Villa Melzi d'Eril, en Bellagio, en el lago de Como, construida para Francesco Melzi d'Eril, vicepresidente de la República establecida en Italia por Napoleón. Los jardines están literalmente abrazados a la orilla del lago, diseñados por Luigi Canonica y Luigi Villoresi. Intenta reconocer con el olfato entre sus muchas plantas exóticas el alcanforero. Sus hojas te guiarán. Apertura: marzo-octubre.
4. Villa Real de Monza
Su Rosaleda, diseñada por los arquitectos Francesco Clerici y Vittorio Faglia, en uno de los jardines formales de la Residencia Archiducal de Monza, construida por voluntad de María Teresa de Austria en 1780, tiene una colección permanente y una temporal, vinculada al Concurso Internacional de la Rosa que se celebra aquí desde 1965 y que en 1970 tuvo a Grace de Mónaco como su madrina. Las rosas, trepadoras o en la pérgola, viven dentro de un parque extraordinario, con arces, anémonas, espinos blancos, recorrido por avenidas y senderos donde se practica jogging o se pasea durante todo el año. Y también puedes alquilar bicicletas para niños.
5. Parque de los grabados rupestres
¿Es arte o naturaleza? El Parque de los Grabados Rupestres de Nacquane, en Capo di Monte, en Valle Camonica, es misteriosamente ambos. Los 200.000 grabados, símbolos y signos de origen neolítico, no existirían sin este paisaje de rocas y paredes, «lienzos» de arenisca gris-violeta, 104 en total, pulidas por la acción de los glaciares y grabadas con instrumentos puntiagudos. El área es un Parque protegido, el primero en Italia a ser declarado Patrimonio UNESCO.
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