Patrimonio de la UNESCO desde 2003, el Sacro Monte di Varese, con su ruta del siglo XVII y el pueblo de Santa Maria del Monte, es uno de los lugares más famosos de la ciudad y de Lombardía.

Se puede llegar fácilmente desde Varese, en transporte público, el funicular o en coche, estacionando en Via Prima Cappella, para empezar la subida desde abajo, o en Piazzale Pogliaghi, ubicado detrás del Santuario, en la cima. Las catorce capillas que le acompañarán durante el ascenso están todas ellas dedicadas a los misterios del Rosario y son obras de arte excepcionales.

Cada una tiene su propia arquitectura, cuidada hasta el más mínimo detalle, que conserva esculturas y pinturas en su interior. Cuando se acerque a contemplar las escenas representadas, recuerde que también debe mirar los frescos del techo, pues son magníficos. Después de la última capilla, se encontrará frente a la subida que conduce al Santuario y al pueblo de Santa Maria del Monte.

Aquí será recibido por una enorme estatua de Moisés y, al subir la escalinata, entrará en el Santuario, después de detenerse en la terraza panorámica: no es muy grande, pero está llena de frescos para admirar. No se pierda la cripta adyacente, restaurada y abierta al público. Aquí se pueden admirar los restos de la antigua iglesia de la Alta Edad Media adornada con magníficos frescos del siglo XIV.

Pero no crea que todo termina aquí. En el pueblo de Santa Maria del Monte hay dos hermosos museos que sin duda merecen una visita. El Museo Baroffio está ubicado junto a la entrada del Santuario y alberga esculturas románicas, manuscritos iluminados y pinturas donadas al Santuario por el barón Giuseppe Baroffio.

Se reabrió en 2001 y se amplió con una sección de obras de arte religioso contemporáneo. También es ineludible una visita al Museo Pogliaghi, ubicado en la casa que el ecléctico y brillante artista milanés eligió como residencia. Desde fuera parece una casa normal de principios del siglo XX, quizás un poco extraña, pero eso no es nada comparada con el interior.

Al cruzar el umbral, se encontrará inmerso en una gran variedad de bocetos y esculturas del artista, restos griegos, romanos y orientales en una mezcla única y original. Mitad casa y mitad taller artístico: cada habitación es diferente de la otra y cada puerta le llevará a un mundo aparte. El ápice de la visita es el salón con el yeso preparatorio de la puerta del Duomo de Milán, de tamaño natural en la pared del fondo; el espectáculo le dejará sin palabras.

Hablando del Sacro Monte, no podemos olvidar el entorno natural en el que se encuentra inmerso. Ubicado en una colina detrás de Varese, en los días agradables se puede admirar desde aquí una buena parte del valle del Po y las montañas de Lombardía hasta las de Bérgamo y Valtellina.