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Parque Nacional del Stelvio
En el corazón de los Alpes Centrales extiende el más grande de los parques históricos italianos: el Parque Nacional del Stelvio.
Sus típicos valles han sido modelados por la acción del hielo y de las aguas que descienden del macizo montañoso de Ortles-Cevedale. El paisaje del parque está formado por majestuosas crestas, bosques frondosos, praderas verdes de alta montaña surcadas por torrentes espumosos que brotan de los glaciares perennes.
La variedad morfológica del territorio, marcada por conspicuos desniveles asimétricos, permite la existencia de amplios ecosistemas con numerosas especies raras de animales y plantas. Pueblos y torres, diseminados a pie de valle y en las laderas de las montañas, completan el escenario y constituyen fascinantes testimonios de arquitectura rural y sagrada, en total equilibrio con el medioambiente.
El Parque Nacional del Stelvio da cobijo a numerosos ejemplares pertenecientes a la fauna alpina: desde las manadas de ciervos que prefieren los bosques tupidos, a los corzos que viven a sus bordes. Subiendo de altitud también podrás entrever a rebecos e íbices. No faltan zorros, marmotas, armiños. Además son numerosas las ardillas y liebres, más raros los tejones y las comadrejas.
Y también las especies de aves: la chova piquigualda, el cuervo imperial, las cornejas. También hay pájaros carpinteros, urogallos y grévolas; aves de presa como el busardo ratonero, el gavilán y el búho. Varias parejas de águilas reales se han instalado nidificando en paredes vertiginosas y desde hace tiempo es posible otear también al quebrantahuesos o “buitre de los corderos”. No hay que olvidarse tampoco de los habitantes de estanques y torrentes y, naturalmente de los insectos que contribuyen a completar la cadena alimentaria.
El salto de altitud entre el punto más bajo y la cima del Ortles del Parque Nacional del Stelvio, hace que innumerables especies botánicas encuentren aquí su hábitat. De las zonas húmedas a las clásticas, de los terrenos calcáreos a los siciliosos, cada terrón de tierra está cubierto por una flora variada y variopinta. El Parque del Stelvio puede vivirse como una excepcional aventura, con la visita a los cascos antiguos de sus pueblos, a torres y castillos, a iglesias y abadías, o recorriendo las salas de los museos diseminados en todo su territorio.