Si os encontráis entre los montes de Alta Valtellina, si os gusta esquiar, andar, ir en mountain- bike, pero no podéis prescindir del agua, tenéis que incluir en el programa un baño en Bormio Terme. 

Las instalaciones, en el mismo pueblo, a pocos pasos del casco antiguo, son un lugar simbólico, al que se llega con facilidad. Alimentado por el agua caliente y beneficiosa del manantial Cinglaccia, recoge la herencia del histórico Balneario de Bormio, pero reinterpretándola en clave moderna, ya sea por lo que se refiere al centro, con espléndidas piscinas interiores y exteriores, ya sea por los servicios que ofrece, indicados para todas las edades. 

Su peculiaridad se encuentra que une los clásicos tratamientos termales (lodos, inhalaciones, bioterapia, rehabilitación) a un área de deportes y bienestar perfectamente equipada. En la piscina de 25 metros y en la piscina para niños pueden hacerse cursos de natación de todo tipo: para madres embarazadas, bebés, futuros campeones, adultos deseosos de perfeccionarse. Es posible practicar acquafittness, hidrobike, pero también la más dulce Anta Gym.

En el temario no faltan biosauna y sauna panorámica, baño turco, piscina termal y luchas emocionales. En el Spa, puede elegirse entre tratamientos de cara y cuerpo estéticos o simplemente relajantes, masajes terapéuticos o bien antiestrés. ¿Cómo resistir a una oferta tan amplia? 

En una atmósfera familiar, donde el clima, a pesar de las reglas rigurosas, es informal, grandes y pequeños sin duda querrán probar el tobogán de agua de 60 metros y luego concederse una parada en el “Bar Terrazza”, mientras que quienes tengan que recuperar fuerzas y darse unos mismos sólo deberá decidir si prefieren un masaje oriental tuina, que reequilibra las energías Yin y Yang, un primordial stone massage, con piedras lávicas basálticas calientes y frías, o un perfumado masaje sensorial, suave como una caricia.

En definitiva, ya sea que queráis disfrutar del abrazo del agua, ya sea que elijáis abandonaros a sus cuidados, el Balneario de Bormio es vuestro sitio ideal.

 
5 MOTIVOS PARA ELEGIR BORMIO

Bormio, a 1.225 metros s.n.m, está situado en una amplia cuenca verde, dominada por el macizo del Monte Reit. El manantial Cinglaccia surge a raudales de la roca en las cercanías del río Adda.
 
El pueblo tiene un bonito casco antiguo. El Museo Cívico cuenta su historia, arte y tradiciones. También merece la pena visitar el Museo Mineralógico y, en verano, el Jardín Botánico Alpino “Alta Rezia”.
 
En invierno, el área de esquí de Bormio ofrece pistas que bajan de una altitud de 3.000 m, con llegadas al pueblo. Entre todas, la pista mundial "Stelvio" es su broche de oro.
 
La cercanía de los complejos de S. Caterina Valfurva y Livigno permite realizar un auténtico safari de esquí y quienes practican el esquí de fondo recorren anillos especialmente panorámicos. El área de esquí Cima Piazzi Happy Mountain lleva a los esquiadores a Valdidentro y Valdisotto.
 
De primavera a otoño, el Parque Nacional del Stelvio ofrece rutas de trekking y recorridos en mountain bike, y en invierno no faltan recorridos para raquetas de nieve. Para los amantes de las dos ruedas, en pocos kilómetros es posible llegar a las tres “cimas sagradas” del ciclismo mundial: Stelvio, Gavia, Mortirolo.