En Lecco es posible visitar la casa donde Alessandro Manzoni pasó su infancia, adolescencia y primera juventud; la villa mantiene todavía los adornos originales que datan de 1818,  año en el que Manzoni vendió la vivienda paterna.

Esta villa, que tiene una vista magnífica sobre el lago y la montaña,  le sirvió  ciertamente como inspiración para una de las descripciones paisajísticas más significativas y bellas de la literatura italiana; nadie puede olvidar las palabras que el gran escritor nos regala en  su novela le  Promessi Sposi.

Villa Manzoni es un edificio neoclásico del siglo XVII,  en cuyo interior se encuentra el Museo Manzoniano montado en los salones de la casa paterna. En el piso bajo, los diferentes ambientes están dedicados a Manzoni,  de quién se conservan reliquias y documentos personales; el primer piso alberga sin embargo  la Galleria comunale de arte dedicada  a obras de artistas originarios del territorio o que  trabajaron en él.

Después de las habitaciones de la casa el recorrido continua con las tabernas, que presumen de una espléndida helera y dos antorchas originales ottocentescas  y con la capilla de Assunta, también neoclásica como la villa.