- Arte y cultura
- Turismo religioso
Iglesia de San Francesco d’Assisi
Construida entre los años 1254-1265, con ampliaciones en siglos sucesivos, se rehace en un estilo de transición entre el Románico y el Gótico: pertenece a la fase inicial, además de la maciza pared occidental y el campanario, la fachada, en médula, con terminación en cabaña, magnífico rosetón y portal marmóreo abocinado.
El interior, simple y severo, tiene una estructura de basílica de tres naves y presenta una cubierta en quilla de barco sobre la nave central y envigado visible en las laterales. Riquísima y bastante importante es la decoración pictórica de esta iglesia, que hace alarde de interesantes frescos de carácter votivo que originariamente debían cubrir por entero la superficie, la mayor parte de los siglos XIV y XV, entre ellos una Deposizione de ámbito “giottesco” y la fascinante escena con Frati e secolari. Sobre la misma pared son apreciables altares, adornos de retablos, entre los que sobresale, sobre el primero, la tabla de Moretto Santa Margarita de Cortona entre los santos Francisco y Jerónimo de 1530; en la luneta Visitación, fresco recientemente atribuido a Francesco Prata da Caravaggio. A destacar también el fresco Pentecoste de Romanino de 1520 sobre el cuarto altar. En el presbiterio, ampliado en el ábside por Antonio Zurlengo en la segunda mitad del siglo XV, entre otras obras de notable valía, sobresalen la tela Virgen en el trono con Niño y Santos, una de las obras maestras juveniles de Romanino (alrededor de 1515) (autor también de los frescos de las cinco enjutas del ábside) incluida en un preciosísimo marco de Stefano Lamberti, el frontal del altar de mármol atribuido a Antonio della Porta, llamado el Tamagnino, y el coro de madera del siglo XV compuesto por 22 escaños incrustados de Filippo Morari da Soresina. En las capillas de la nave de la izquierda, abiertas en el siglo XV, destaca, en la segunda, il Crocefisso de la escuela lombarda del siglo XIV, recientemente restaurado. Desde la puerta del fondo de la nave derecha se accede al gracioso chiostrino della Madonnina del siglo XV; por el pasillo se entra en la sacristía renacentista, donde se conservan los bancos con respaldos incrustados de Filippo Morari da Soresina de 1511 y es visible una gran cruz profesional de plata repujada de 1501. En el lado occidental, con acceso a mitad de la nave derecha, se encuentra el claustro grande, obra de 1394 de Guglielmo Frisone da Campione que se expande sobre columnas de mármol rojo de Verona que sostienen arcaturas de barro con arco apuntado.