Es el monumento más valioso de Sesto Calende.

De la antigua abadía, hoy queda tan solo la iglesia de San Donato, construida entre los siglos IX y X, que se encuentra cerca de un núcleo de caseríos y casas antiguas, ahora restauradas. Es fácilmente accesible por los cicloturistas que regresan de la orilla del río, tomando la dirección de Lentate y Taino.

Para aquellos que vienen de Angera, existe la posibilidad de llegar a San Donato desviándose de la carretera provincial SP69, hacia la izquierda, poco después de la ciudad de Lisanza. Esta localidad, ahora simplemente llamada Abbazia o Badia, se menciona en documentos que van del siglo IX al XIII como "Scozola". En este lugar, según una reconstrucción muy convincente, surgía, en una ensenada – actualmente enterrada – el puerto de Sesto, donde los barcos pagaban los impuestos de navegación.

Cerca de allí se ramifican caminos secundarios y senderos que unen Sesto Calende con el cercano Lago de Comabbio (en dirección a Oneda): en los bosques del norte, especialmente cerca de la pequeña iglesia de San Vincenzo, hay caminos transitables para montain bikes, parcialmente señalizados, que permiten divertirse recorriéndolos en dirección a Taino o Lentate. La iglesia de San Donato conserva valiosos testimonios artísticos románicos y, en su interior, preciosos frescos que datan de diferentes épocas, desde el siglo XV hasta el siglo XIX. 

Además, hay un crucifijo de madera antiguo y una cripta que conserva bajorrelieves.