El borgo de Morbegno  está surcado por callecitas estrechas en medio de un tejido compacto de edificios altos y centenarios.

Los recorridos en el interior del pueblo ofrecen muchas posibilidades para el visitante que encontrará en cualquier mirada una imagen mágica que captar y recordar para siempre.

En el centro histórico se observa con claridad el encanto de Morbegno y de su antigua historia que ha dejado una huella todavía perceptible en cada paso.

En este pueblecito se esconden tesoros artísticos,  palacios majestuosos con espléndidos salones, fachadas decoradas con balcones de hierro forjado, todo dentro del laberinto de calles de Morbegno. Imperdible el Palacio Malacrida, que se erige en la parte alta del burgo. Esta vivienda noble es un ejemplo admirable del rococó en Valtellina. Merece la pena visitar los salones de baile en el primer piso y ver los frescos que decoran las paredes del mismo.  Además de la belleza arquitectónica, Morbegno  alberga en su centro muchas tabernas históricas, símbolo de la importante actividad vinícola desarrollada.