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De Bérgamo al Lago de Iseo
72 horas para descubrir Bérgamo Alta y el lago de Iseo, entre cultura, bici y degustaciones exquisitas
¿Bérgamo Alta? Una obra de arte italiana. ¿El Lago de Iseo? Gracias al éxito de los Floating Piers (muelles flotantes) de Christo se ha convertido en un destino imperdible también para el turismo internacional. En conjunto hacen 1 + 1. Es decir cultura y relax. Con la emoción de un paseo en bici junto al lago. Estos son nuestros consejos.
Bérgamo Alta, de las murallas venecianas a Lorenzo Lotto
A pie o en funicular, llegar a la Ciudad Alta es cuestión de minutos. Rodeado por las murallas venecianas (Patrimonio Mundial por Unesco desde 2017), el corazón medieval de Bérgamo está salpicado de pequeñas (grandes) gemas. Del antiguo Convento de San Francesco con sus frescos que evocan a Giotto a la Piazza Vecchia donde está el Campanone, la Capilla Colleoni (una visita obligatoria a Verrocchio) y Santa Maria Maggiore y sus maravillosas «Tarsie del coro». Para tomar un café y hacer compras, recomendamos un paseo por la «Corsarola», que divide en dos la Ciudad Alta. Para un descanso detox, te invitamos a continuar la caminata hacia San Vigilio, recorriendo al menos uno de los «scorlazzini», las típicas subidas con peldaños que se abren sobre un panorama único de residencias y jardines.
Lago de Iseo, de la costa al bosque
Gracias a la instalación más viral de la historia del arte (Floating Piers de Christo), el Lago de Iseo se ha convertido en un destino obligado para las vacaciones en Lombardía. A poco más de media hora de Bérgamo, ofrece todo tipo de experiencias. De caminatas a zambullidas (se llega a 22 grados en verano), del remo a la luz de la luna a paseos en bicicleta. ¿Consejos válidos para todas las estaciones? Coleccionar al menos dos pueblos de Alto Sebino: Lovere, uno de los más hermosos de Italia con su rica Pinacoteca, y Pisogne con su paseo junto al lago ideal para un selfi. Los entusiastas del deporte encontrarán pan para sus dientes. Desde el sprint (incluso en ebike) a lo largo del Vello-Toline, uno de las vías ciclables panorámicas más hermosas de Europa, a la excursión en velero (con la posibilidad de un aperitivo a bordo, si el clima lo permite). No lejos de las costas, los antiguos glaciares han tallado valles maravillosos. En Riva di Solto, después de una caminata de 30 minutos por el bosque, puedes disfrutar de una vista envidiable del lago sentado en un banco... de gran tamaño. ¡El Big Bench Community Project también ha llegado aquí! Y te espera.
Y para concluir, una aventura... De la tabla de embutidos al plato
Los viajeros también lo son cuando llega la hora de sentarse a la mesa. El plato de Bérgamo por excelencia es una pasta rellena de intenso sabor, el casoncello. La versión original se sirve con mantequilla y tocino (algo que vale la pena comer pese a la dieta). En el lago de Iseo, los sabores cambian y degusta el pescado, estrictamente de agua dulce: perca, trucha, salvelino, alburno. Cocinado según la tradición o crudo y marinado, como impone la cocina contemporánea. Los valles que abrazan el lago también tienen los pastizales perfectos para la producción de quesos frescos y curados. Granjas, cabañas y explotaciones dedicadas al turismo rural son los lugares para visitar y descubrir sabores nuevos. ¿Quieres citar uno como los conocedores? Stracchino di Bronzone. ¡Palabra de Cheese Lovers!